Plan ENIA, cuando la ideología pesa más que la economía

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El Plan ENIA se centra en la prevención del embarazo no intencional en adolescentes en zonas vulnerables. Iniciado en la gestión del presidente Mauricio Macri, y desguazado en la actualidad a pesar de su éxito económico y humano. En un contexto donde la productividad es la estrella, la ideología reina.

Es la economía, estúpido

El Plan ENIA fue concebido durante la gestión del presidente Mauricio Macri y requirió una coordinación intersectorial compleja. Estaba bajo la supervisión de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social, e incluía al Ministerio de Educación a través del Programa de Educación Sexual Integral y al Ministerio de Salud a través de la Dirección de Salud Sexual y el Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia. Su foco fue la intersectorialidad y la meta final la educación, pero también la economía.

Así lo explica Federico Tobar, Asesor Global en Sistemas de Salud, y Financiación del Fondo de Población de Naciones Unidas, es economista, fue parte del proyecto desde sus inicios en 2017, y su implementación en 2018, «El embarazo adolescente tiene un costo macroeconómico significativo. Argentina ha logrado reducir este costo a través del plan ENIA. El embarazo adolescente representa un gasto en atención médica de alrededor de 200 millones de dólares por año y una pérdida de recaudación de impuestos de alrededor de 66 millones de dólares por año. Si se continúa reduciendo, se aumentará la recaudación fiscal y se reducirán los gastos del Estado, mejorando así la competitividad del país.»

El economista suma un detalle significativo que fue la base de la implementación de la política pública en cuanto a la variable inversión. Macri exigió medir el impacto a largo plazo. ¿Y cómo se hizo? Por medio del Programa Milena, que ya se implementó, con éxito en 16 países y ha ayudado a persuadir a los gobiernos de que vale la pena invertir en prevenir el embarazo adolescente para el desarrollo del país. El embarazo adolescente es uno de los problemas de salud reproductiva más importantes en América Latina y el Caribe.

Tobar lo explica al detalle y se explaya «es un modelo econométrico que hemos desarrollado para cuantificar el costo del embarazo adolescente en los países. Cuando el gobierno argentino decidió incorporar una política, el entonces presidente Mauricio Macri expresó su disposición a hacerlo si se demostraba la rentabilidad de la inversión. Desarrollamos un modelo para medir esto, para calcular cuánto retorna al país, tanto al Estado como a la sociedad, por cada dólar que el Estado invierte. La relación es de 1 a 46, es decir, por cada dólar que el Estado invierte en prevenir el embarazo adolescente, el impacto es de 46 dólares. Probablemente no exista ninguna otra inversión legal que tenga tanto retorno. Hoy en día, creo que prevenir el embarazo adolescente supera a las criptomonedas como inversión para el desarrollo de un país.»

La otra variable para destacar es el significante de la política pública. No depende de quien gobierne sino del impacto positivo en la sociedad. Sin dudarlo el especialista en Gestión de la Salud, desde la sede en Nueva York sentencia, “En Argentina, esta política funcionó. De hecho, cuando cambió el gobierno y asumió Alberto Fernández, mantuvo la política. Esto es notable porque en la historia argentina es raro que una política iniciada por un gobierno peronista sea continuada por un gobierno no peronista y viceversa. Sin embargo, en este caso, no solo se continuó una política que comenzó con el mismo nombre y gran parte del mismo equipo, sino que se potenció.» Remata Tobar

La política como red social

El médico y pediatra, Juan Carlos Escobar (Ex director de Adolescencias y Juventudes del Ministerio de Salud de la Nación) en la gestión de Mauricio Macri y casi padre del plan nacional ENIA detalla la implementación y la territorialidad del mismo, “se replicó a nivel provincial en las mesas de equipos focales territoriales, que incluían a Salud, Desarrollo Social y Educación, en 12 provincias del NOA, NEA y seis municipios y provincias de Buenos Aires. La elección de estas provincias se basó en su situación epidemiológica, ya que presentaban los peores indicadores sociosanitarios y altas tasas de fecundidad adolescente.”

«Si pensamos en las adolescentes de 10 a 14 años, es decir, en niñas adolescentes, nosotros teníamos en Argentina cerca de 3.000 partos de niñas de 10 a 14 años por año y el último dato es de 1.236 aproximadamente. Esto es impactante» Juan Carlos Escobar, ex director de Adolescencias y Juventudes del Ministerio de Salud de la Nación.

Al hablar de indicadores Escobar detalla nuevamente el éxito del Plan “la tasa de fecundidad adolescente, que significan los nacidos vivos por mil adolescentes de 10 a 19 años, en el año 2022 fue de 12.7 y en el año 2010, por ejemplo, era de 33.6, en el año 2017 era de 27.4, es decir, desde que empezó el plan hasta el año 2022, que es el último dato, digamos, centralizado que se tiene, la tasa de fecundidad adolescente descendió 12.7, ¿no?  Y, por ejemplo, desde el 2010 al 2017, cuando había algunas políticas más inespecíficas, el descenso había sido de 6.2, es decir, con una inversión focalizada, pensada, medida, monitoreada, el descenso fue del doble que en los años anteriores.”

El exfuncionario, que estuvo en funciones hasta el 31 de marzo de este año, asegura que la tendencia fue en descenso en todo el país, pero destaca lo más cruel de irrumpir con la motosierra, que es dejar desamparadas las niñas madres, y narra “si pensamos en las adolescentes de 10 a 14 años, es decir, en niñas adolescentes, nosotros teníamos en Argentina cerca de 3.000 partos de niñas de 10 a 14 años por año y el último dato es de 1.236 aproximadamente. Esto es impactante y angustiante. Porque estamos hablando de niñas madres, ¿quién quisiera ver una niña de 11 años madre? Con lo cual es un estado ni presente ni no presente, un estado que se responsabiliza de una situación que tiene que ver con la ausencia de todo tipo de información.”

El Plan ENIA implicó una gran inversión en agentes territoriales y profesionales de la salud, incluyendo médicos, psicólogos, trabajadores sociales y licenciados en obstetricia. Estos profesionales desempeñaban diversos roles, desde la provisión de consejerías en salud sexual y métodos anticonceptivos en los centros de salud hasta el refuerzo de la Educación Sexual Integral en las escuelas impactadas por el plan. Los estudiantes podían consultar no solo temas de salud sexual, sino también temas de nutrición, odontología, violencia, suicidio, ideación suicida y salud mental.

A pesar de lo narrado, documentado, y el éxito de la gestión económica del Plan, el gobierno nacional, en los últimos días, terminó el contrato de 619 profesionales por 1.100 millones de pesos en el marco del rediseño del plan ENIA y delega la inversión en las provincias. Pero estos números los contrarresta el gestor en salud de Naciones Unidas, Federico Tobar y redobla la apuesta, como economista, prevenir el embarazo adolescente, además de ser un motivo justificado desde el punto de vista de los derechos, es también una inversión óptima para el desarrollo económico y social del país. Las jóvenes suelen quedar perjudicadas en el mercado laboral, interrumpen sus estudios y pierden alrededor de 567 millones de dólares por año en Argentina. A esto se suma la pérdida que percibe el Estado, que incluye los 200 millones de dólares en atención médica y los 66 millones de dólares en renuncia fiscal.

En tiempos productivistas, economicistas, y de suma cero, un cisne negro se filtró. Romper una politica de éxito tiene una sola variable, la ideologia. La medida de la crueldad se la mide en la infancia, y desamparar las niñas madres es la mayor de todas.

Por Sara Di Tomaso

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