En Argentina, el 38% de los diagnósticos de VIH en jóvenes de 15 a 29 años se realizan en etapas tardías de la infección. A pesar de los avances en el tratamiento y la prevención, la detección temprana sigue siendo un desafío.
El 1° de diciembre de cada año, el mundo conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, una fecha que refuerza la concientización sobre la infección por VIH y las vidas afectadas por este virus. Esta fecha también representa una oportunidad global para desafiar y derribar las barreras en la atención a las personas infectadas y reconocer los avances que han permitido que las personas diagnosticadas puedan llevar una vida plena.
A pesar de que aún no existe una cura para la infección por VIH, sí existe un tratamiento llamado “Tratamiento Antirretroviral de Gran Actividad” que evita la replicación del virus. Gracias a tratamientos asequibles y de calidad, se han salvado 16.2 millones de vidas desde el 2001 a nivel global. Los avances científicos han permitido que los nuevos tratamientos sean sumamente efectivos, con mínimos efectos adversos, y muy fáciles de tomar (un comprimido al día). Esto asegura que los pacientes mantengan su adherencia al tratamiento y tengan un control crónico sobre la infección, posibilitando una mejor calidad de vida ahora y en el futuro.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para conseguir su visión compartida de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas. Para ello, han desarrollado una serie de objetivos “95-95-95” a cumplir para el 2030: que el 95% de las personas infectadas por VIH conozcan su estado serológico; que el 95% de las personas diagnosticadas con el VIH reciban terapia antirretroviral continuada; y que el 95% de las personas que reciben este tipo de terapia tengan supresión viral. En los últimos años se incluyó un cuarto “95”, que supone que el 95% de las personas que reciben este tratamiento puedan gozar de una buena calidad de vida.
PREVENIR PARA DISFRUTAR
Para prevenir la transmisión, resulta fundamental llevar a cabo programas que permitan ampliar el acceso a la prevención y al tratamiento, ya que una detección temprana evitará la transmisión a más personas, haciendo lo posible para detener la epidemia del VIH. En Argentina, el 38% de los jóvenes de 15 a 29 años infectados por VIH, son diagnosticados de manera tardía, es decir, cuando las defensas ya han bajado y llevan tiempo desde que se infectaron. Esto se debe a que, en muchos casos, la infección no presenta síntomas evidentes por lo que es imposible detectarla a no ser que la persona se haga un test de manera proactiva.
CUIDARNOS/ CUIDARSE
El 98% de la transmisión del VIH se debe a relaciones sexuales sin protección. Por lo tanto, la Educación Sexual Integral (ESI) es un punto clave a la hora de prevenir. Esta brinda herramientas para que los adolescentes, de acuerdo a sus edades, puedan aprender a conocer su cuerpo, asumir valores y actitudes responsables relacionadas con evitar exponerse a las distintas infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados, conocer y respetar el derecho a la identidad, la no discriminación y el buen trato.
