Greenpeace Bloquea Topadoras de Manaos: Deforestación Ilegal Expuesta
Activistas enfrentan a la familia Canido en Santiago del Estero. Miembros de Greenpeace detuvieron el avance de topadoras contratadas por los dueños de la gaseosa Manaos, responsables de un desmonte masivo en el norte de Santiago del Estero.
Resumen:
- Acción Directa: Activistas de Greenpeace se interpusieron entre las topadoras y el bosque, bloqueando su funcionamiento.
- Ecocidio Denunciado: La deforestación abarcaba más de 10.000 hectáreas, una superficie equivalente a media ciudad de Buenos Aires.
Acción de Greenpeace
Activistas de Greenpeace bloquearon dos topadoras que estaban llevando a cabo una masiva deforestación en el norte de Santiago del Estero. Las máquinas, contratadas por la familia Canido, productora de la conocida gaseosa Manaos, estaban arrasando más de 10.000 hectáreas de bosque nativo. Las imágenes satelitales y los sobrevuelos en helicóptero permitieron identificar la ubicación precisa de las topadoras.
“Ante la grave crisis climática y de biodiversidad en la que nos encontramos, resulta fundamental proteger nuestros últimos bosques nativos. Es inaceptable que se siga avanzando con este gigantesco desmonte”, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina. Los activistas bloquearon las máquinas instalando cepos en las palancas de manejo.
Complicidad Gubernamental
Desde hace una década, la familia Canido ha deforestado varias fincas en la provincia de Santiago del Estero para el desarrollo agropecuario, generando conflictos con comunidades campesinas e indígenas. “Hay una clara complicidad del gobierno provincial, ya que los dueños de Manaos tienen permisos para desmontar en una zona donde la Ley Nacional de Bosques no lo permite”, agregó Giardini.
Impacto Ambiental y Social
La deforestación de los bosques nativos tiene consecuencias devastadoras. Según el informe “Desmontes S.A. Parte 3”, Santiago del Estero es la provincia con mayor deforestación en Argentina, con más de 2 millones de hectáreas de bosques nativos destruidos desde 1998. “Más desmonte implica más cambio climático, desaparición de especies, inundaciones, desertificación, enfermedades, desalojos de campesinos e indígenas, y pérdida de alimentos, maderas y medicinas. Destruir bosques es un crimen que debe convertirse en un delito penal”, finalizó Giardini. Y agregó sobre la gravedad del caso: “Las topadoras de los dueños de Manaos ya arrasaron bosques en una superficie equivalente a media ciudad de Buenos Aires. Es un ecocidio que no debe continuar”. Además, destacó la complicidad gubernamental que permite estas acciones ilegales a pesar de las protecciones legales vigentes para los bosques nativos