¿Qué revela “Atrapados” que nadie se anima a nombrar?

La serie “Atrapados”, éxito global en Netflix, realizada en la Patagonia, es un thriller atrapante. Expone lo que preferimos negar. Que el peligro no siempre es un desconocido. Que el grooming se camufla de afecto. Y que la soledad adolescente no es parte del guion, sino parte de la realidad.
El éxito de «Atrapados» trasciende la pantalla
En apenas seis episodios, Atrapados se convirtió en uno de los mayores fenómenos de Netflix. Grabada en Bariloche, con un elenco encabezado por Soledad Villamil, Juan Minujín y Alberto Ammann, esta producción basada en la novela Caught, de Harlan Coben, combina suspenso, misterio y una atmósfera densa. Pero lo más inquietante no está en la trama, sino en lo que sugiere fuera de campo.
La protagonista, Ema Garay, es una periodista digital que se obsesiona con la desaparición de Martina, una adolescente de 16 años. A través de su búsqueda, la serie expone la fragilidad del universo adolescente y el desconcierto de los adultos frente a amenazas como el grooming.
Harlan Coben y el traslado del thriller a la Patagonia
«Realizamos cambios porque no queríamos hacer un show estadounidense en Argentina. Queríamos una serie argentina, en Argentina», explicó Coben, productor ejecutivo de la serie. “Bariloche es bello, pero también misterioso… incluso un poco siniestro”, dijo al justificar la elección de la Patagonia como escenario.
La novela original se desarrolla en New Jersey, pero esta adaptación propone algo más local, con identidad propia. El entorno natural de Bariloche se transforma en un personaje más. Los paisajes transmiten aislamiento, belleza y una tensión permanente. Eso potencia la idea central: el peligro no siempre llega desde afuera. A veces se esconde en lo cotidiano.
Grooming: cuando el abuso se esconde detrás de un chat

Carmela Rivero da vida a Martina, la jóven protagonista de la serie, y víctima de Grooming, luego de colocar contenido en plataforma de contenido para adultos
El grooming es el delito en el que un adulto acosa sexualmente a un niño, niña o adolescente a través de medios digitales. Puede comenzar con un chat inocente, un videojuego o una red social, pero evoluciona hacia la manipulación emocional y la extorsión. Como bien explican desde Grooming Argentina, muchas veces el abuso ocurre sin contacto físico, pero eso no lo hace menos grave.
Las víctimas suelen sentir culpa, miedo o vergüenza. Eso las paraliza. Por eso, el rol adulto resulta clave: mirar, escuchar, preguntar sin juzgar.
Padres, pantallas y el vínculo roto
Atrapados pone el foco en algo más profundo que un caso policial: la desconexión generacional. Madres y padres que no entienden las reglas del mundo digital. Hijos e hijas que buscan aprobación en lugares peligrosos. Adultos que creen estar presentes, pero no alcanzan.
Ya lo abordamos en notas anteriores como esta sobre bullying en las aulas o la fascinación por el crimen adolescente en las series. Pero esta vez, el golpe es más directo: ¿sabemos qué hacen nuestros hijos cuando se encierran con el celular?
La ESI, herramienta para prevenir
La Educación Sexual Integral cumple un rol central en la prevención del grooming. Enseña a los chicos y chicas a reconocer límites, a decir que no, a pedir ayuda. Fortalece su autoestima y los prepara para identificar relaciones abusivas.
Además, la ESI desarma estereotipos peligrosos. El abusador no siempre es un desconocido con capucha. A veces es alguien del entorno, que se esconde tras una pantalla.
Una serie que termina… pero deja abierta la pregunta
Atrapados finaliza en seis episodios. Pero su eco sigue resonando. No solo como un thriller logrado, sino como una advertencia.
¿Cuántos chicos desaparecen emocionalmente sin irse de casa? ¿Cuántas veces dijimos “está todo bien” sin saber lo que pasaba en realidad?¿Cuándo fue la última vez que preguntamos en serio cómo se sienten?
Atrapados no busca respuestas. Solo plantea una pregunta urgente: ¿Quién cuida a los chicos cuando los adultos también están distraídos?
Por Sara Di Tomaso