Teletrabajo dijo la partera y nacimos contracturados
“Perdón que no te contesté antes pero quedé dura. Estoy con cuello ortopédico. Tendré que cambiar la silla plegadiza que usé durante algunos meses” dijo la ejecutiva de una consultora. “La letra con sangre entra” pintabaGoya hace más de dos siglos y con su arte desnudó el sistema educativo. Hoy nos pintaría en un zoom, con celular en mano y en pijama.
La letra con sangre entra
El teletrabajo fue una obligación y con sangre entró. Camas, banquitos, mesas (cualquiera), sillas (todas), butacas, cocinas, todo, con sudor se convirtió en oficina. Horas eternas de jornada laboral. Mayor productividad. Ansiedad en demasía y la sensación que podemos manejar el tiempo privado sobre el laboral. Fantasía de adultos en un tiempo distópico.
Cuando la mentira es la verdad
¿Cómo te llevas con el teletrabajo? fue la consulta por instagram y el resultado fue un yin y yang criollo. Dicen que la vida es una complementariedad continua. Te tienta con confort y a veces te encarcela. “Esto no es teletrabajo es un desmadre. Estoy harta! vociferó por mensaje privado la Directora de una empresa de crecimiento exponencial en Pandemia. Pero todo tiene su yang y así celebró un empleado de reconocida empresa de seguridad, “Me enviaron dos computadoras, el escritorio y la silla”. Una trabajadora de un canal festejó “amo esta modalidad, pero faltan detalles por limar”. Siguiendo con medios, el periodista Alconada Mon, valoró el tiempo de estar en su hogar y su rol paterno, “descubrí que almorcé más veces con mi familia en estos meses que los últimos cinco años.” El E-Commerce y la logística fueron gran parte de la solución de la cuarentena, pero atrás hay humanos saturados, “Me estoy volviendo loco”, remató un empleado de la industria. Los Bancos como los supermercados fueron grandes actores y sus empleados denotan agotamiento. “Nunca tuve tanto cansancio y atajé tantas crisis al mismo tiempo. Nunca. Laburo muchas horas” confiesa un bancario. El supermercadista no se queda atrás, “Que te puedo decir. Hasta una fake news me tocó. Hoy no se definir una jornada laboral en pandemia. No lo sé”
Argentina, el mundo y la protección laboral
Juntos y de la mano, el Estado y las empresas, dieron por sentado que los ciudadanos poseían todo lo necesario para estar casi doce horas por día frente a una máquina. Una fantasía. La silla ergonómica, internet, el café, la luz y el gas, pasó a ser parte del bolsillo del trabajador. En Europa el debate está en vigor. Holanda lo resolvió agregando dos euros por jornada para costear desde el papel higiénico hasta el agua. En España, La desconexión digital, si no se cumple se paga con multas que van de 626 y 6.250 euros por enviar mails fuera de horario salvo que se manifieste que debe responderse en horario de trabajo. El teletrabajo no es nuevo, hasta hace horas eran “beneficios” laborales pero la cuarentena lo desnudó. La ley de teletrabajo que entraría en vigencia a fin de año, asegura que el empleador tiene que proporcionar el equipamiento, asumir los costos para el desempeño laboral, capacitación, respetar derechos sindicales y desconexión digital. El diputado nacional Hugo Yasky, deslizó su mirada sobre la ley sancionada “no puede ser que desaparezca la jornada legal de trabajo o se extienda como elástico, que el trabajador esté sometido a la injerencia de la empresa o a supervisores para responder consultas a cualquier hora”.
A pesar del síndrome de la cabaña
Aislados, en pijama y saturados igual se prefiere el teletrabajo antes que estar diez horas o más fuera del hogar.Según la consultora ManpowerGroup, el 50% de los trabajadores consultados (8000 personas) en Francia, Alemania, Italia, México, Singapur, España, Reino Unido, Estados Unidos y Argentina, eligen seguir desempeñándose desde sus hogares.
A más de 200 días de encerrarnos en nuestros hogares las consecuencias síquicas y físicas se manifiestan en el cuerpo. Así lo confirma Gustavo Mirachi, kinesiólogo “Estamos viendo consecuencias físicas y emocionales que impactan en el cuerpo. El cuerpo no es solo postura, es emoción. La silla es todo para evitar el daño físico, debería ser provista por parte del empleador. Por último aconsejó “Tratar de tomarse por hora, cinco minutos, y hacer ejercicios con el cuello. A pesar de las contracturas, la investigación de ManpowerGroup alerta que el deseo de las personas en su mayoría, 8 de cada 10, aspira a un mejor equilibrio entre familia y trabajo.
En el justo medio está la virtud insiste Don Aristóteles hace un tiempito.
Por Sara Di Tomaso