La Serenísima, única en la industria láctea en certificar su huella de carbono

La Serenísima se convirtió en la única empresa láctea argentina en certificar su huella de carbono bajo la norma internacional ISO 14064-1, otorgada por IRAM. El proceso abarcó toda su cadena de valor y permitió reducir un 8,9% sus emisiones desde 2019.
Resumen
1: La medición incluyó desde tambos hasta puntos de venta, con datos de 72 establecimientos.
2: El reconocimiento posiciona a la marca como líder en sostenibilidad dentro del sector.
Un liderazgo que marca un antes y un después

La Serenísima hizo historia en la industria láctea argentina. Es la única empresa en verificar su huella de carbono bajo la norma internacional ISO 14064-1. La certificación, otorgada por el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), confirma que el cálculo de emisiones cumple con estándares internacionales de precisión y transparencia.
Del tambo a la góndola: medición integral
La evaluación incluyó 72 tambos propios y de terceros, que representan el 16% de la leche remitida. Consideró el recorrido completo del producto, desde la producción primaria hasta el consumidor final.
El trabajo fue liderado por el Comité de Cambio Climático interno. Este comité está integrado por especialistas de Sustentabilidad, Sistemas de Gestión, Medio Ambiente, Higiene y Protección Industrial, y Desarrollo de Proyectos Técnicos.
Resultados que se miden en números concretos
Desde 2019, La Serenísima redujo un 8,9% sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esto equivale a la absorción anual de más de 4.600 árboles maduros o al consumo anual de nafta de 115.000 autos.
El 80% de su electricidad proviene de fuentes renovables. También sustituyeron el fuel oil por gas natural y optimizaron la logística para reducir kilómetros recorridos. Además, lanzaron el plan Packaging Sustentable 2030, que busca envases más reciclables y de menor impacto ambiental.
Impacto y proyección para la industria
Este reconocimiento no solo refuerza el liderazgo ambiental de La Serenísima, sino que también establece un estándar inédito para el sector lácteo. La certificación abre oportunidades en mercados internacionales. Además, facilita el acceso a financiamiento verde en un contexto donde la gestión de la huella de carbono es clave para la competitividad.