Miradas que transforma; Cuando el transporte es cosa de Mujeres

Por Natacha Calero Barber , Jefa de Prensa y Comunicaciones de Scania Argentina y líder del programa “Conductoras”.
Conductoras Scania y la brecha de género en el transporte
Cuando lanzamos el programa Conductoras en 2019, en Scania Argentina teníamos una convicción clara: la brecha de género en el transporte no se iba a cerrar sola. En aquel momento, las mujeres apenas representaban el 0,4% de las licencias profesionales de transporte del país, según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Esa cifra no solo evidenciaba desigualdad, también mostraba la pérdida de talento para una industria que necesita conductores formados de manera urgente.
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Seis años después, el impacto es tangible. Las licencias en manos de mujeres representan el 1,2%, ya son 72 las egresadas de distintas provincias y más del 70% trabaja hoy en el sector. Más allá de los números, que importan, lo que vemos es un cambio cultural profundo, que empieza a mover estructuras históricamente rígidas dentro del transporte de cargas.
Formación, empleabilidad y cambio cultural
Conductoras no es solo un curso de manejo. Es un proceso completo que combina formación técnica de alto nivel en la Fundación Profesional para el Transporte (FPT) y en el Centro de Capacitación de Scania, con módulos virtuales, uso de simuladores, prácticas de conducción con distintos modelos de camiones y exámenes profesionales. La beca cubre la capacitación, el hospedaje y los traslados, porque sabemos que para muchas mujeres la barrera económica también era una barrera de acceso.
Hay otra dimensión igual de importante: la empleabilidad real. El sector enfrenta una demanda insatisfecha; a nivel global, la mitad de los operadores tiene dificultades para contratar conductores calificados. Nuestras egresadas llegan preparadas para cubrir esa necesidad. Tienen formación sólida, compromiso y una visión clara de la responsabilidad que implica estar al volante de un camión.
El camino hacia la igualdad tampoco se resuelve solo formando conductoras. Por eso presentamos una Guía de buenas prácticas para transportistas, un documento con acciones concretas para sumar más mujeres: instalaciones adecuadas, procesos de selección sin sesgos, comunicación interna inclusiva, infraestructura segura y protocolos claros.
Lo más emocionante aparece cuando miramos el impacto humano detrás de cada estadística. En la séptima edición recibimos más de 1.300 postulaciones y hay más de 9.000 mujeres en lista de espera. Detrás de esos números hay historias de independencia económica, reconversiones laborales, vocaciones que parecían imposibles y sueños que muchas creyeron ajenos.
En definitiva, Conductoras abre puertas concretas, derriba prejuicios y muestra algo evidente: la diversidad mejora al sector. Cuando una industria rompe sus barreras no solo crece; también se vuelve más justa, más moderna y más representativa del país real.
Reducir la brecha de género en el transporte no es una consigna. Es una transformación en marcha. Edición tras edición, son ellas las que encarnan ese 1% que empuja el cambio

