Presupuesto 2026: superávit fiscal con recortes que reordenan el gasto social

Presupuesto 2026 aprobado en el Senado con superávit y recortes sociales
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El Senado convirtió en ley el Presupuesto 2026, el primero aprobado durante la gestión de Javier Milei. El texto consolida el superávit fiscal, pero redefine prioridades: menos fondos para políticas de género, educación y asistencia social, y un ajuste estructural en programas clave.

Resumen

  • El Presupuesto 2026 fue aprobado con superávit financiero del 0,3 % del PBI y una caída real del gasto.
  • El equilibrio fiscal se sostiene con recortes en género, educación, jubilaciones y asistencia social.

Como es el Primer Presupuesto de la Gestión Milei

Con 46 votos a favor, 25 en contra y una abstención, el Senado de la Nación convirtió en ley el Presupuesto 2026. Se trata del primer presupuesto aprobado durante la gestión de Javier Milei, luego de dos años en los que el Poder Ejecutivo prorrogó la ley vigente del ejercicio 2023.

Tras un debate que se extendió por más de ocho horas, el oficialismo logró sancionar la iniciativa con el apoyo de aliados provinciales, sectores del radicalismo, el PRO y un grupo reducido de legisladores peronistas. En la votación en particular, el Gobierno también consiguió sostener el artículo 30, que habilita recortes en educación, ciencia y defensa.

Un presupuesto con superávit y menos gasto real

El Presupuesto 2026 contempla gastos totales por $148 billones, lo que implica una caída real del 2,5 % respecto del cierre previsto para 2025, considerando la inflación proyectada. El texto establece un superávit primario del 1,2 % del PBI y un superávit financiero del 0,3 %, con una inflación estimada del 10,1 % y un crecimiento económico del 5 % para 2026.

En términos reales, todos los ministerios recibirán menos fondos que en 2025, con una excepción: el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, encabezado por Federico Sturzenegger, que tendrá un aumento del 80 % real en sus partidas.

Educación: menos financiamiento y derogación de garantías

La función Educación y Cultura cae 1 % real en 2026 y acumula una reducción del 47,7 % respecto de 2023. El artículo 30 del presupuesto deroga el piso del 6 % del PBI para educación establecido por la Ley de Financiamiento Educativo, así como la garantía de inversión mínima en ciencia y tecnología.

Los fondos para vouchers educativos se reducen 13,5 % real, mientras que las becas, como el programa Progresar, aumentan un 4,1 % real. El Plan Nacional de Alfabetización recibirá $580 mil millones, un incremento real del 39,3 %. En contraste, las universidades nacionales recibirán $4.872 millones, con una caída del 7,2 % respecto de 2025.

Jubilaciones, discapacidad y asistencia social

Las prestaciones sociales tendrán un aumento real del 5,7 %, pero con fuertes desequilibrios internos. Las jubilaciones crecerán 6 % real, aunque el bono extraordinario para quienes cobran la mínima caerá 13,8 %, manteniéndose congelado en $70.000 durante todo 2026.

Las pensiones por discapacidad sufrirán una caída del 10,6 % real, asociada a la baja de aproximadamente 155.000 beneficios. En paralelo, las asignaciones familiares aumentan 3,7 % real, y la Asignación Universal por Hijo (AUH) registra una suba del 6,4 %.

En contrapartida, la prestación Alimentar cae 15,2 % real respecto de 2025, y los fondos para comedores comunitarios se reducen casi 29 %, profundizando el ajuste en asistencia alimentaria.

Salud y género: recortes selectivos

El gasto total en Salud aumenta 2,7 % real, aunque las partidas específicas del Ministerio caen 13,7 %. Algunos programas, como vacunación y acceso a medicamentos, reciben refuerzos, mientras que salud sexual, prevención de ITS y Educación Sexual Integral registran fuertes recortes.

Según un informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), el Presupuesto 2026 consolida el ajuste iniciado en 2024 en políticas de género. Programas de prevención de la violencia, salud sexual y reproductiva y moratorias previsionales “sufrieron recortes drásticos o directamente dejaron de figurar como partidas específicas”.

El discurso político detrás del ajuste

Durante el cierre del debate, la presidenta del bloque oficialista, Patricia Bullrich, defendió el proyecto con una fuerte carga discursiva. “El déficit cero no se negocia: es la línea roja que separa el futuro del desastre”, afirmó.

Bullrich sostuvo que el Presupuesto 2026 “no improvisa ni engaña” y que expresa un rumbo económico claro basado en vivir “dentro de las posibilidades concretas de la Argentina”. Sin embargo, la letra chica del texto muestra que ese equilibrio fiscal se construye con una reducción sostenida del gasto social.

Así, el Presupuesto 2026 no solo ordena las cuentas públicas. También redefine el rol del Estado, achicando su intervención en políticas de igualdad, educación y asistencia, y dejando abierto el debate sobre los costos sociales del superávit.

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