La COP30 evita «género» y usa «sexo»

La COP30 quedó atrapada en un conflicto por la palabra “género”. Varios países intentan reducirla a “sexo biológico”, un retroceso que debilita acuerdos climáticos e invisibiliza a las identidades trans y no binarias.
Resumen
- La COP30 frenó avances por un intento de limitar el término “género”.
- El retroceso afecta financiamiento, derechos y políticas climáticas globales.
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La COP30, celebrada en Belém, prometía consolidar políticas climáticas inclusivas. Pero una disputa inesperada frenó los avances: delegaciones conservadoras propusieron limitar la palabra “género” a “sexo biológico”.
Según un análisis de The Guardian, este cambio dejaría afuera a identidades trans y no binarias y podría desarmar 10 años de acuerdos globales sobre igualdad climática.
Un retroceso que expone tensiones globales
Para Lorena Aguilar, directora del Instituto Kaschak para la Justicia Social, el retroceso es grave: “Vivimos tiempos sin precedentes para negociar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”.
La tensión sigue una tendencia internacional. Gobiernos como el de Argentina, bajo Javier Milei, rechazan el término “género” y lo reducen al binario. Incluso el Vaticano pidió reemplazarlo por “sexo”, debilitando protecciones y derechos.
El clima no afecta a todos por igual
ONU Mujeres advierte que para 2050 la crisis climática podría empujar a 236 millones de mujeres y niñas a la inseguridad alimentaria. Las mujeres en zonas rurales enfrentan mayor carga: menos recursos, más violencia y más riesgo en eventos extremos.
Estudios internacionales muestran que los desastres climáticos aumentan la violencia de género, los matrimonios infantiles y la exclusión económica. El género no es un accesorio de la política climática: es un eje central.
Negociaciones frenadas por definiciones
Mientras Canadá, Noruega y la Unión Europea defienden una definición amplia e inclusiva, otros países buscan cerrarla. Claudia Rubio Giraldo, de la Organización de Mujeres por el Medio Ambiente, señala: “Imponer una definición estrecha de género bloquea negociaciones más ambiciosas”.
La falta de consenso, las diferencias culturales y la ausencia de Estados Unidos en rondas previas dejaron la discusión en pausa.
La deuda pendiente del financiamiento
Solo el 4% de la ayuda global para adaptación climática incluye perspectiva de género. Chikondi Chabvuta-Mkawa alerta: “Los grupos de mujeres quedan sin financiación y el círculo se repite”.
Sin financiamiento, la igualdad queda en el papel y no llega a los territorios donde más se necesita.
Una pregunta que expone prioridades
Vanessa Dolce de Faria, representante de Brasil, lo resume: “Sin perspectiva de género, la acción climática no es efectiva”.
La pregunta que queda flotando en Belém es simple y urgente: ¿Cómo puede funcionar la acción climática global si la COP30 aún discute si el género debe existir en su marco de trabajo?

