Mendoza dio el paso político que le faltaba para entrar al mapa de la minería de cobre. Con la media sanción de PSJ Cobre Mendocino, Alfredo Cornejo pone al sector entre las claves del año. La provincia se prepara para disputar inversiones en un mercado global de minerales críticos.
La minería vuelve a ganar lugar en la agenda mendocina. Tras años de resistencia social y freno a proyectos metalíferos, la Legislatura provincial aprobó el proyecto PSJ Cobre Mendocino. Esto habilitó una nueva etapa para la explotación de cobre en Uspallata. Para el gobernador Alfredo Cornejo, se trata de un giro que ya empiezan a mirar desde Buenos Aires y desde el mundo inversor.
La decisión se inscribe en una estrategia más amplia de minería y energía. Mendoza viene construyendo esto en los últimos meses. Desde su presencia en ferias internacionales de hidrocarburos e innovación hasta la búsqueda de capitales para proyectos de transición energética.
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Del “no” histórico al salto minero
Durante más de una década, Mendoza fue sinónimo de conflicto cuando se hablaba de minería metalífera. El rechazo social a proyectos como San Jorge la había dejado, en palabras del propio Cornejo, “en la lista negra de las inversiones mineras”.
Ese escenario empezó a cambiar con la revisión de normas provinciales y la llegada de nuevas empresas exploradoras. Además, un mensaje político más abierto a la minería como motor de desarrollo ayudó. La media sanción de PSJ Cobre Mendocino funciona ahora como el hito que ordena esa transición.
“Están todos sorprendidos para bien porque Mendoza haya dado este salto. En el mundo también, porque estábamos en la lista negra de las inversiones mineras”, contó el gobernador en una entrevista radial tras la votación legislativa.
PSJ Cobre Mendocino: el proyecto que cambia la escala
El proyecto PSJ Cobre Mendocino autoriza la explotación de cobre en la zona de Uspallata. Para Cornejo, no se trata solo de una señal política, sino de un punto de inflexión productivo. “Es un proyecto emblemático porque es de explotación y probablemente en 2027 o 2028 estará sacando cobre si se cumplen los plazos y métodos propuestos”.
La vicegobernadora Hebe Casado fue la representante del Ejecutivo en la sesión clave de la Legislatura. Desde el oficialismo remarcan que la aprobación se apoyó en un acuerdo amplio. También destacan los controles ambientales que buscan diferenciar esta etapa de la vieja discusión en torno a San Jorge.
Las instalaciones actuales del emprendimiento son todavía precarias. Sin embargo, el Gobierno provincial espera que la construcción de la mina marque el inicio de un nuevo ciclo de inversiones. Este proceso incluye empleo especializado y proveedores locales vinculados a la minería.
Minerales críticos, transición energética y precio del cobre
Cornejo enmarca la apuesta por la minería en la transformación global de la matriz energética. “La electromovilidad, que es un proyecto que el mundo tiene para 2050, requiere minerales críticos, entre ellos el cobre; con lo cual habrá una demanda inmensa”, explicó.
Según el gobernador, el precio del cobre seguirá alto y competitivo porque no sobran territorios con reservas significativas como las que ofrece la cordillera mendocina. De hecho, remarcó que hasta ahora “lo que se ha extraído de cobre en el mundo es apenas el 10% de lo que se necesitará en los próximos 30 años”.
Para el Ejecutivo provincial, ese horizonte convierte a la minería en una pieza central de la transición energética. No solo por su aporte a la oferta de minerales críticos, sino también por el potencial para financiar nuevas infraestructuras verdes.
Voluntad política y ventana de oportunidades
Cornejo reconoce que la Argentina no vivió todavía un verdadero boom minero, a pesar del avance de provincias como San Juan o Catamarca. “El país no es minero”, resume, al comparar los volúmenes exportados con los de Chile.
La diferencia, según su lectura, no estuvo en la geología, sino en las condiciones económicas y regulatorias. La minería requiere inversiones iniciales que rara vez bajan de los 3.000 millones de dólares. Estos montos solo llegan cuando hay estabilidad macroeconómica y reglas claras.
“Hoy hay una ventana de oportunidades proinversión”, sostiene el gobernador. Ahí ubica tanto las reformas impulsadas por el Gobierno nacional como la decisión mendocina de ordenar su marco normativo. Además, destacaron su voluntad de asumir el costo político de habilitar proyectos metalíferos.
Con esa combinación, Cornejo se anima a una frase que ya recorre los pasillos de la industria: “El primer cobre argentino va a ser el mendocino, por más que en San Juan o Catamarca tengan proyectos más grandes”.
De la vid al cobre: un nuevo capítulo para la economía mendocina
Para explicar la dimensión del cambio, el mandatario repasa la historia económica reciente de la provincia. Recuerda la estatización de Giol y la reconversión vitivinícola durante la convertibilidad. También la llegada de tecnología de avanzada a las bodegas y el despegue del turismo ligado al vino y la gastronomía.
“Ahora creo que con la minería metalífera va a pasar eso”, proyecta. Así como el petróleo permitió instalar en Mendoza la segunda destilería del país, la minería podría convertirse en el nuevo vector de inversiones, empleo calificado y encadenamientos productivos.
Cornejo insiste en que cada etapa respondió a decisiones políticas tomadas en contextos complejos y que la clave es anticiparse a las tendencias globales. En esa línea ubica la apuesta por el cobre y por los minerales críticos.
Mendoza quiere ser hub financiero de la minería
La estrategia oficial no se limita a extraer cobre. El Gobierno provincial busca que una parte significativa del negocio financiero de la minería también quede en Mendoza. Para eso firmó convenios con la Bolsa de Toronto y trabaja con la Bolsa de Londres, dos plazas centrales para el capital minero internacional.
“Levantar una mina requiere un fuerte trabajo de búsqueda de inversores, a los cuales hay que darles tranquilidad y previsibilidad”, explicó el gobernador. La idea es consolidar en la provincia equipos técnicos capaces de estructurar proyectos, acercar financiamiento y acompañar a las empresas en todo el ciclo de inversión.
“Acá todo el mundo piensa en ser proveedor de la minería y está bien, pero este es otro vector: queremos que el trabajo financiero quede en Mendoza”, resumió “en criollo”.
Con PSJ Cobre Mendocino como caso testigo, la provincia apuesta a pasar de la discusión abstracta sobre la minería a un modelo concreto de desarrollo. Aquí, el cobre se convierte en el punto de partida para reconfigurar su lugar en la transición energética y en el mapa económico argentino.

