EL PAPA FRANCISCO EN EL G7, SU PLANTEO SOBRE INTELIGENCIA ARTIFICIAL
“Un instrumento fascinante y tremendo“
El Papa Francisco dirigió un discurso cautivador ante los líderes del G7, abordando los efectos de la inteligencia artificial en el futuro de la humanidad. En sus palabras, destacó cómo este avance tecnológico, surgido del potencial creativo otorgado por Dios, tiene el poder de transformar profundamente la sociedad en múltiples ámbitos, desde la medicina hasta la política.
“La inteligencia artificial se origina precisamente a partir del potencial creativo que Dios nos ha dado. Es un instrumento extremadamente poderoso, que se emplea en numerosas áreas de la actividad humana”, afirmó el Papa.
Una doble percepción
El Sumo Pontífice reconoció las emociones ambivalentes que suscita la inteligencia artificial: mientras entusiasma por sus promesas de progreso, también genera temor por las posibles consecuencias negativas. Este debate refleja el choque entre el potencial liberador de la tecnología y sus riesgos inherentes.
“Todos nosotros, aunque en diferente medida, estamos atravesados por dos emociones: somos entusiastas cuando imaginamos los progresos que se pueden derivar de la inteligencia artificial, pero, al mismo tiempo, nos da miedo cuando constatamos los peligros inherentes a su uso”, afirmó Francisco.
El desafío ético y cultural
Francisco subrayó la importancia de gestionar éticamente la inteligencia artificial, advirtiendo sobre la posibilidad de aumentar las desigualdades y erosionar la dignidad humana si no se regula adecuadamente su uso.
“Está en juego la misma dignidad humana. Necesitamos garantizar y proteger un espacio de control significativo del ser humano sobre el proceso de elección utilizado por los programas de inteligencia artificial”, enfatizó el Papa.
La complejidad del mecanismo
El Papa explicó la naturaleza compleja de la inteligencia artificial, destacando cómo los algoritmos pueden influir en decisiones cruciales como las relacionadas con la justicia penal, con el riesgo de perpetuar prejuicios y limitar la capacidad humana de sorprender y evolucionar.
“El uso de algoritmos en la toma de decisiones debe ser cuidadosamente evaluado. Necesitamos recordar que el ser humano, a diferencia de las máquinas, tiene la capacidad no solo de elegir, sino de decidir con sabiduría”, dijo Francisco.
Hacia una política ética
Finalmente, Francisco llamó a una acción política sólida y ética para guiar el desarrollo y uso de la inteligencia artificial.
“La política debe jugar un papel crucial en la orientación de la inteligencia artificial hacia el bien común y la protección de la dignidad humana. Necesitamos una ‘sana política’ que asegure que estos avances tecnológicos sirvan verdaderamente al bienestar de todos”, concluyó el Papa.
El discurso del Papa Francisco en el G7 subraya la urgencia de abordar la inteligencia artificial desde una perspectiva ética y culturalmente informada, asegurando que estos avances tecnológicos promuevan un futuro justo y humano para toda la sociedad.