
Robert Prevost eligió llamarse León XIV en homenaje a uno de los Papas más influyentes del siglo XIX. El nombre remite a León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum, que fundó la doctrina social de la Iglesia y defendió por primera vez el derecho a un salario justo, el trabajo digno y la organización sindical.
– La elección es un gesto político y pastoral.
– Marca continuidad con la línea de Francisco y su Iglesia “en salida”.
Un nombre con peso histórico
Robert Prevost, el flamante Papa León XIV, no eligió ese nombre al azar. El último pontífice que lo llevó fue León XIII (1878–1903), un intelectual progresista que desafió los poderes económicos de su época con un texto revolucionario: la encíclica Rerum Novarum.
Publicada en 1891, esta carta papal abordó por primera vez el rol de la Iglesia ante los conflictos sociales y laborales del capitalismo industrial. En ella, León XIII reconoció la desigualdad estructural como un problema moral y sostuvo que era deber del Estado y de los empleadores garantizar condiciones de trabajo justas.
¿Qué dice Rerum Novarum?
Rerum Novarum (latín para “De las cosas nuevas”) no solo defendió el derecho de los trabajadores a formar sindicatos, sino que también propuso una idea revolucionaria para la época: el salario justo como un derecho humano.
Rerum Novarum (1891), encíclica completa en Vatican.va
Entre sus postulados clave:
- El trabajo no debe ser tratado como mercancía.
- El obrero tiene derecho a descansar, vivir dignamente y formar familia.
- El capital debe estar al servicio del bien común, no del lucro ilimitado.
- El Estado tiene la obligación de proteger al débil.
Con este texto, León XIII inauguró la doctrina social de la Iglesia, una línea que influenció a todos los papas del siglo XX y que se actualizó con documentos como Populorum Progressio de Pablo VI, Centesimus Annus de Juan Pablo II y Laudato Si’ de Francisco.
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Prevost y la continuidad con Francisco

Durante su misión pastoral en Perú, Prevost vivió de cerca la desigualdad, el trabajo informal, la migración forzada y las tensiones sociales. Fue obispo de Chiclayo, una diócesis marcada por el desempleo estructural y las olas de migración venezolana.
Allí, impulsó una Iglesia cercana a los barrios populares, a los comedores, a las familias sin techo. Como prefecto del Dicasterio para los Obispos, en Roma, defendió los perfiles pastorales por sobre los políticos. Y ahora, al elegir el nombre León XIV, reafirma esa raíz social, política y latinoamericana.
Un gesto que no necesita explicación
Aunque no lo mencionó explícitamente en su primer discurso, el eco de Rerum Novarum es evidente. En un mundo fragmentado, con pobreza creciente y polarización política, el nuevo Papa elige situarse en la tradición de los que incomodan al poder desde la fe.
“La humanidad necesita a Cristo como puente para ser alcanzada por Dios y su amor”, dijo en la Plaza San Pedro. Y agregó un saludo especial a su “querida diócesis de Chiclayo”, en español.