¿Es la Ley Sintientes el cambio que necesitamos?
Este 2024, la Ley Sintientes y el activismo ciudadano marcaron un antes y un después en Argentina. Desde los pingüinos de Punta Tombo hasta la lucha por los derechos legales de los animales, la acción colectiva redefine nuestra relación con ellos y con el planeta.
Un cambio cultural en marcha
Los animales no son cosas, ni recursos, ni simples accesorios en nuestras vidas. Son seres que sienten, aman y sufren. Con esa premisa, la Ley Sintientes, impulsada a través de Change.org, está transformando la relación entre los humanos y los animales en Argentina. Este proyecto, que ya reunió 226.982 firmas, propone modificar el Código Civil y Comercial para reconocer a los animales como seres sintientes, dejando de considerarlos como «objetos».
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Para Liz Solari, autora de la petición: “Es hora de dar un paso hacia adelante y alinearnos con los estándares internacionales en derechos animales. Herramientas como Change.org permiten amplificar nuestras voces y llevar estas causas al Congreso.”
El compromiso ciudadano: pingüinos y ecocidio
Este año, las campañas ciudadanas demostraron que el activismo puede generar cambios reales. Uno de los casos más emblemáticos fue la lucha por la protección de los pingüinos magallánicos en Punta Tombo. Una petición que reunió 52.526 firmas logró que el Poder Judicial de Chubut abriera una investigación y sancionara al responsable por destruir su hábitat.
El fallo marcó un hito histórico: por primera vez en Argentina se mencionó el concepto de ecocidio en un tribunal. Este avance también impulsó la campaña por la Ley de Ecocidio, que busca sancionar con prisión la devastación grave y duradera de los ecosistemas. Según Miguel Ángel Asturias, autor del proyecto: “La destrucción de los ecosistemas no puede quedar impune. Es una de las principales causas de la crisis climática actual.”
Traslado de los pumas: bienestar animal en acción
Otro ejemplo de activismo fue la campaña que logró el traslado de dos pumas desde el ex zoológico de Colón al santuario Tekove Mymba. Con 9.248 firmas, esta iniciativa evidenció el impacto de la movilización ciudadana en la vida de los animales.
Este caso se suma a la reconversión de zoológicos en Argentina hacia modelos que priorizan el bienestar animal, un proceso que ha permitido que cientos de animales pasen de jaulas a hábitats más cercanos a su naturaleza.
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Más voces, más causa
El activismo ambiental y animalista no se detiene. Desde la protección del Agujero Azul hasta la liberación de la orca Kshamenk y la yaguareté Tania, estas campañas reflejan un creciente compromiso por construir un futuro más justo y sostenible.
🌊 La Ley Agujero Azul, que busca proteger 148.000 km² de biodiversidad marina en el Mar Argentino, ya cuenta con media sanción y suma 24.950 firmas.
🐾 La liberación de Kshamenk y la lucha por la libertad de Tania son ejemplos del impacto de la movilización colectiva.
Un futuro en nuestras manos
La Ley Sintientes, la protección de los pingüinos y otras iniciativas ciudadanas nos invitan a reflexionar: ¿qué lugar ocupan los animales en nuestras vidas? Estas campañas no solo buscan justicia para los animales, sino también transformarnos como sociedad.
Porque proteger a los animales no es solo un acto de empatía, es un compromiso con el futuro de todos los seres vivos que compartimos este planeta.
Para conocer más e impulsar estas causas, visitá Change.org y sumá tu voz al cambio