Los Prejuicios Alimentan la Corrupción: Un Estudio Revela el Impacto en Argentina y el Mundo
Un estudio publicado en la revista PNAS expone cómo las ideas preconcebidas sobre la corrupción en países como Argentina influyen en los sobornos internacionales. La investigación, que incluyó a 18 países, revela que los estereotipos afectan tanto las decisiones de ofrecer como de aceptar sobornos, generando un impacto económico y social que frena el desarrollo global.
Resumen:
- Sobornos y prejuicios: La percepción de corrupción en países como Argentina aumenta la frecuencia con la que se ofrecen sobornos, según el estudio.
- Costos sociales: Estos estereotipos perpetúan patrones de corrupción que impactan en el desarrollo económico y en la protección del medio ambiente.
“Juego del soborno”: cómo funciona el experimento
En este innovador estudio de la revista PNAS, liderado por Angela Rachael Dorrough, se realizó un experimento en el que más de 5,500 personas de 18 países, incluido Argentina, participaron en un “juego de soborno”. En el juego, los participantes asumían los roles de ciudadanos que necesitaban una licencia y de funcionarios públicos con el poder de otorgarla. Los ciudadanos podían optar por realizar un “pago no oficial” (es decir, un soborno) y los funcionarios decidían si aceptarlo o no. Esta dinámica buscaba replicar cómo se produce la corrupción en la realidad.
El experimento reveló que los participantes no solo ofrecían más sobornos a funcionarios de países con fama de ser corruptos, sino que también los argentinos, al igual que otros, se enfrentaron a decisiones basadas en estas percepciones. En muchos casos, los prejuicios sobre la corrupción en Argentina y otras naciones condicionaron la frecuencia y aceptación de sobornos, más allá de los hechos reales.
“Los sobornos no ocurren en un vacío; están impulsados por percepciones que no siempre reflejan la realidad,” explica Bernd Irlenbusch, coautor del estudio.
Argentina y la “corrupción condicionada”
Argentina fue uno de los países que participaron en este estudio y, como sucede en otros contextos internacionales, se enfrenta a los efectos de los estereotipos de corrupción. El estudio revela que, aunque la percepción de corrupción en Argentina es alta, estos prejuicios no siempre coinciden con la realidad de los sobornos en el país. Sin embargo, las decisiones de otros ciudadanos en el experimento estuvieron condicionadas por esta reputación, lo cual muestra el impacto de estos estereotipos en las relaciones transnacionales.
Según el experimento, funcionarios de países con reputaciones de alta corrupción, como India y Rusia, recibieron más ofertas de sobornos. Sin embargo, estas ofertas no se correlacionaron necesariamente con los niveles reales de corrupción en cada país. Argentina, al estar en un punto medio del índice de percepción de corrupción, reflejó tanto la oferta como la aceptación de sobornos basada en expectativas condicionadas y no en la práctica cotidiana.
“La corrupción en Argentina es percibida de manera similar a la de otros países con problemas de reputación, pero estas percepciones no reflejan siempre la realidad,” agrega Dorrough.
El impacto de la corrupción global en el desarrollo económico y ambiental
El estudio también subraya que esta “corrupción condicionada” tiene un costo significativo en sectores críticos como la economía, el desarrollo social y el medio ambiente. La corrupción basada en estereotipos no solo frena el crecimiento económico, sino que también agrava problemas como la pérdida de biodiversidad y dificulta la lucha contra el cambio climático. Cada vez que se aceptaba un soborno en el juego, los investigadores reducían una donación a una ONG ambiental, subrayando cómo la corrupción erosiona recursos que podrían destinarse a causas sociales y ambientales.
Argentina, al igual que otras naciones latinoamericanas, sufre los efectos de la corrupción en términos de desarrollo social, un problema que estos prejuicios internacionales pueden exacerbar. El estudio sugiere que, al asumir que ciertos países son más corruptos, los ciudadanos perpetúan prácticas corruptas que afectan a sectores vulnerables, como la conservación ambiental y la igualdad económica.
Hacia una estrategia anticorrupción más efectiva
El estudio concluye con una recomendación urgente: las políticas anticorrupción necesitan un enfoque más cultural y educativo que aborde estos estereotipos de corrupción. Aunque existen tratados internacionales que sancionan la corrupción, la implementación efectiva requiere un cambio en las percepciones sobre países como Argentina. Una estrategia que incluya educación y programas de sensibilización cultural podría reducir la influencia de los prejuicios en la corrupción.
En definitiva, este estudio muestra que la corrupción global va más allá de los actos individuales y legales; es un fenómeno social moldeado por los prejuicios que se tienen de cada país. Con el impacto negativo que esta “corrupción condicionada” tiene en sectores clave, es esencial replantearse cómo se enfrentan estos problemas en un mundo cada vez más globalizado.